doroteamo # 3

°Por Dora Attía ::

Yo, Doroteamo, desde los monoblock de Lavallol, pasillo 12

Lo cuidaba como un tesoro a ese auto
¿Sabes Clarita que el otro día la encontré a la Chola y me contó que le dieron la condicional a la vecina del pasillo cinco?, sí, yo también puse esa cara, viste, parece mentira che, tan rápido, como vuela el tiempo, no? Parece ayer que lo quiso matar al viejo, y bueno, no es que se lo mereciera el viejo, no, eso no, pero si vamos a decir la verdad el viejo era de mala sangre, era un degenerado abusador era.
Si, me la encontré haciendo la cola pa sacar el documento, ¿viste que ahora viene de plástico? , me dieron un número pa que vuelva pa los trámites, y ahí la Chola me contó el chisme. Parece que la vecina se va a quedar sábado y domingo en lo de la madre, y dentro de un mes empieza un trabajo en la textil, esa que está cerca de la estación, ¿viste? Es todo pa prueba, a ver cómo se porta. Ella no es una asesina, fueron los nervios que la llevaron a eso, por defender al Fernandito, y bueno, yo pienso que si hubiera estado en su lugar y viene un hijo de su buena madre y encima no es que no sea nadie, “ es el abuelo, es” y lo encuentro con que quiere abusar de mi hijo, no solo lo mato sino lo corto de a pedacitos lo corto, viste Clarita, como somos nosotras para cuidar a nuestros pibes… que ni se le acerque porque lo achuro. Ahora el viejo está guardado por un tiempo, eso me contó el kiosquero, porque a veces lo encuentra en los peringundines de Lavallol, ahí, cerca de las vías, la cana lo tiene junado, por eso, viste, se anda guardando.
El Fernandito ahora está con la abuela, pobre pibe, que mal le salió todo en la vida y ¡tiene 6  años recién!  La madre presa, sin padre, menos mal que está la abuela para atenderlo ¿no? Los vecinos le damos una mano porque la pobre vieja  ya no puede con toda la carga que le tocó.
Y ahora, Clarita, me iba pa el cotillón me iba, porque estuve pensando toda la noche y no dormí nada de tanto pensar ¿viste?  Daba vueltas y vueltas en la cama, de acá para allá, de allá para acá, hasta que me levanté, me preparé unos amargos y dale que te dale mirando la pared de la cocina, de arriba abajo , de abajo arriba, la miraba, que se yo por qué, pero era así. El Toni se rascaba las orejas  y movía la cola: ¿qué haces Dorotea levantada a esta hora? Dale Toni, anda a dormir y dejate de rascar que me pones nerviosa, anda anda con los chicos, pero anda, ¿no ves que estoy pensando? Já, el Toni se sentó en el silloncito de paja y dele que dele mirarme. Y yo nada, no tenía ni un poco así de sueño, puse Crónica sin sonido pa no despertar a nadie, pero para hacerme compañía nomás.
Pensaba en que se cumplía otro aniversario de la muerte del padre del Fernandito y que justo caía en la fecha del cumpleaños del pibe y te juro que me daba tanta angustia me daba, mira Clarita yo pienso no, ¿por qué la vida es tan injusta a veces? ¿Por qué a los pobres nos pasan cosas tan feas? No es justo que nunca se lo puedan festejar porque da con la fecha de la muerte del padre. Y la cabeza me daba vueltas me daba, y encima colgado en la pared de la cocina, está ese cuadrito ¿viste que me compré en la feria de los jueves que tiene espejo? Bueno ése, y me reflejaba la cara, y me empecé a mirar y a mirar, tanto, que no me reconocía a veces. Me conté todos los lunares.
Pensé que sería bueno darle una sorpresa al  Fernandito, una alegría, no sé, algo. Y se me ocurrió ir pa el cotillón y comprar algunas chucherías pa adornarle la pieza siempre y cuando la abuela quiera, que de seguro va a querer, total la gorda del cotillón me fía. Por eso te quería pedir si de la torta te encargabas vos, que para eso tenés cancha, yo te compro todo no te hagas problema, tengo dos cajas de Exquisita de vainilla y chocolate y nada más tenés que ponerle la crema y los adornos, que pa eso yo no sirvo ¿viste?, dale haceme la gauchada Clarita, que así le damos la sorpresa. Sí, yo también me acuerdo de lo que pasó ese día y me hago cruces me hago.
Esa día en el barrio era un tumulto era, yo salí de la pieza para ver qué pasaba y era el papá de Fernandito que había comprado un auto, ¡qué lindo estaba! Había ahorrado peso por peso, pa comprarlo, me acuerdo que la esposa gritaba de alegría y ese día nos llevó a dar vueltas por Lavallol ida y vuelta alrededor de la plaza y nosotros chochos. Para esos tiempos nadie tenía auto nuevo, eran todos cacharros viejos mas para el desarmad ero que pa otra cosa.
Lo cuidaba como un tesoro a ese auto. Un mediodía, cuando todos los chicos salían del colegio, se escuchó un griterío en el barrio y era el padre que como un loco le pegaba y le pegaba  en las manos al Fernandito dentro del auto porque el nene  mientras él manejaba,  con una tijerita del jardín le agujereó  todo el tapizado.
Salió del auto insultando y salió  porque los vecinos lo forzaron y miraba el tapizado rojo todo roto y el nene con la cabeza gacha, mudo y dolorido y las manos moradas.
Tuvieron que llevarlo al hospital a la madrugada y aunque los médicos hicieron de todo, la gangrena les ganó la jugada y  el Fernandito perdió las dos manos.

Y vos ¿qué me miras Toni? dale, anda a jugar a la calle  con los chicos anda, si yo también te quiero remolón, anda que me mojas toda la cara con esa lengua roja, mi chiquito mi Toni si vos sos mejor que los humanos sos, si vos me entendes mejor que nadie Toni, ¿acaso no te quedaste toda la noche en vela conmigo cuando fue lo del desalojo? ¿Acaso no me dabas fuerza con esa mirada verde que tenés y me apoyabas el hocico en el borde de la pollera pa hacerme sentir que no estaba sola? Y sí, Toni, vos sos como el hombre de la casa che! A veces una se siente sola sin un macho, sin mí macho, sin el Negro que se me piantó con otra. Anda loquito deja de ponerte boca arriba pa que te haga cosquillas en la panza, pero si serás sinvergüenza, así te gusta, ¿así?, ¡mi chiquito!  Y bueno Toni, hay que seguir pa adelante nomás, que se le va a hacer,  algunos nacimos pa sufrir, pero yo no me puedo quejar Toni, tengo a mis pibes, la lucho como puedo, viste. Pa comer y vestir no les hago faltar. Eso sí Toni, lujo no tendrán pero me tienen a mí pa protegerlos. Que no me los toquen a mis bebes porque ahí sí que van a conocer a la Dorotea, me sale de adentro la otra y se pudre todo. Y ahora anda loquito, anda, ya vas a ver qué fiesta le vamo a hacer al Fernandito, ya vas a ver.
Por eso, Clarita, por eso, te pido ese único favor, haceme la torta. Por todo lo que pasó el Fernandito a los dos años, después a los cinco con el hijo de puta del abuelo. Por eso Clarita, vamo  a darle la sorpresa a ese angelito de dios, que se lo merece. Y porque no es justo que nunca se le festejara el cumpleaños porque cae el mismo día en que el padre se suicidó porque el Fernandito a los tres años le preguntó cuando le  iban a crecer las manos.
Yo, Doroteamo, desde los monoblock de Lavallol pasillo 12
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