Niños, orgasmo y el Principito




Por Marcos Brugiati
Para Cañasanta

Estudió Publicidad, trabajó en El Cielo de Agulla Y Bacetti y desde chico amó el arte. Un día renunció a todo y se fue a vivir a Italia porque Fábrica -el centro de investigación y desarrollo del grupo italiano Benetton- le ofreció desarrollar allí sus proyectos artísticos.

Se llama Diego Beyró, nació hace 25 años en Argentina y cumplió a los 22 el sueño de todo artista: ir a Italia todo pago a trabajar para Fábrica -un lugar ubicado en Treviso donde se encuentran jóvenes talentos de todo el mundo para generar proyectos y nuevas orientaciones- y desarrollar allí libre el arte plástico sin ataduras.

Junto con su gato Siemens en un departamento a media hora de Venecia surgió su primera serie, Expresiones: Retrató el grito de la niñez, un grito de dolor y furia, -utilizó fotos de todos sus sobrinos- cuando se dio cuenta las imágenes se habían acabado y entonces decidió retratar en sábanas, el grito de placer, del orgasmo total, pero de jóvenes adolecentes.

“Es el grito que no grité de niño. Creo que nadie me vio gritar, explotar, porque nunca lo hice. Así que lo haré a través de ellos. Pinté más de cuatro sobrinos, y luego retraté el orgasmo en sábanas, ese grito de placer, el clímax de la vida de los jóvenes”. El tamaño de cada trabajo mide más de 3 metros de alto por 1 metro y medio. Utilizó para los retratos de los niños, acrílico sobre papel, y óleo sobre sábana para los jóvenes orgásmicos. Más adelante creó Make up, una serie que relata las diferentes miradas de Victoria, su ex novia. Se perciben gestos, silencios y sobre todo su maquillaje. Utiliza colores primarios y sus complementarios, acrílico sobre papel.
Necesita pintar para él y para todos, de chico no pudo gritar lo que hoy gritan sus monaguillos, y eso lo libera.
Expuso por primera vez en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Milán y luego en Arte Ba en Buenos Aires, después en España, Líbano, Portugal, EE.UU. Un libro de arte erótico –Grafuck- publicó sus sábanas.
A los 18 estudió cuatro meses Bellas Artes en el IUNA, “sentía que iba a estar 8 años en esa facultad, que no podría trabajar, ni hacer nada, pensaba que podría ir a un taller y aprendería lo que me interesaba. Quizá sentía mucha presión y miedo al fracaso. Entonces me metí en publicidad”. Estudió y trabajó en publicidad pero sentía una necesidad artística más grande y eso lo frustraba.
Diego es el más chico de seis hermanos, sus padres viven en San Isidro. “El abuelo de mi abuela tiene obra en el Prado. Mi hermano Sebastián es artista, como mis tías Mariú y Cristina”. Su preferida, su abuela de 84 años, artista surrealista, “ella siempre está aprendiendo y me enseña todo el tiempo. Cuando era chico me llevaba a pasear al zoo y al jardín”.
Fan de Miguel Ángel, Helnwein y el Principito. Coleccionó el libro en más de 15 idiomas, según el país y la gente que iba conociendo: en Español, Italiano, Holandés, Alemán, Árabe, Francés, Etc.”Me genera una infinita ternura. Me siento muy identificado con él. Creo ser un pequeño príncipe, así me comporto. La historia es atemporal, aunque resulte cliché decirlo, así es”.
“A los 19 un psicólogo me dijo que necesitaba hacer un tratamiento en la CPA porque estaba perdido, confundido, había una traba que no me dejaba avanzar con claridad. Si bien no era un alcohólico, y lejos estaba de eso, simplemente me estaba trabando. Y de eso se trababa el tratamiento, de poder ser libre. No veía a mis amigos y por seguridad nadie podía darme plata. Salí a los 20 como un guerrero. Reviví todo y cada uno de mis traumas y conflictos, los caminé. Revolví todo mi pasado, todas mis cuestiones. Los atravesé y los acepté. Eso me dio mucha seguridad”.
Hoy está de vuelta en Argentina, después de haber trabajado en Italia, y exhibido sus obras en las importantes galerías de allí y de acá. Espera mudarse pronto para encontrar su espacio y su clima, “No me preocupa qué será de mi nueva obra. No tengo mucha idea, pero la tendré cuando esté tranquilo, en mi lugar”.
Algunas de sus obras se pueden comprar en Galería Masottatorres. México 459, San Telmo, ó

visitar su página web: http://www.diegobeyro.com/ .
“Mi sueño es comprar un castillo para vivir y hacer comida para mis amigos”.