Sus obras, música y pintura

"Art Flavor"- óleo.



"Seis pinturas y una anécdota" -óleo.


Por Marcos Brugiati

Para multimedios laidea

Adrian Lirman es artista plástico. Actualmente trabaja en una muestra que presentará en Tokio.
Sus trabajos son Caos y Razón. Las melodías y el ritmo de la música son parte de su pintura. Trabaja desde la mancha para luego concretar un todo donde el espectador se pierde para encontrarse en otro mundo, un mundo quizá instrumental, de ritmo, movimiento y mucha velocidad.

Sus trabajos son reconocidos a nivel mundial. Expuso muchas de sus obras en diferentes galerías de Chicago, Miami, Estados Unidos, Roma y en las principales galerías porteñas. Vive en Olivos, donde trabaja. Tiene 40 años. Comenzó de niño en Estímulo de Bellas Artes, pasó por los talleres de Armando Sapia, Marisa Varela y Luis Scafati. Es también diseñador gráfico y publicitario.

El tema de su obra dice ser “la construcción de la felicidad. El mío es un trabajo de autoconocimiento y cada etapa contiene su objetivo. El proceso es apasionante y renovador”, explica. Le seducen los grandes formatos, la tela y el óleo. Trabaja con tierras y ocres, utiliza rojos y azules para captar un nivel más protagónico. Entre paredes machadas, retazos de telas y trabajos sin terminar, guarda vistosos pinceles, esponjas y sopletes, junto al movimiento de sus manos, y su cuerpo, infaltables en el proceso de creación. Su pintura es instrumental, hay ritmo y armonía, organiza el caos de las diferentes líneas y chorreados que generó durante el proceso de la mancha para luego desde la razón, componer una melodía que se vuelve pintura. “No hay relato, hay ritmo, composición, armonía, cadencia, silencio. Mi pintura es la expresión física de mis emociones, en este sentido entrego a mi cuerpo la posibilidad de generar sorpresa y precisión. No soy consciente sobre lo que estoy pintando, es algo que puedo leer luego, no en el momento de trabajar, sólo me dejo llevar por un impulso” afirma. Adrian toca varios instrumentos. Compone música. Borra, superpone, descubre e investiga. La pintura y la música en su obra son uno, y las ejecuta en el mismo cuarto. Música y pintura. “A veces pinto con música suave, a veces a todo volumen o en silencio. Me propongo juegos y en muchos casos hago intervenir el sonido en el pulso de lo que estoy pintando”.

A mediados de Mayo se podrá ver algo de su obra en la Galería Towphya, y en Julio en Arte Clásica y Contemporánea. Actualmente Lirman trabaja en una muestra que presentará en el mes de Octubre en Tokio.


¿Cómo escapas a la rutina?


“No repito mis técnicas por largos períodos, prefiero desconocer el camino para reencontrarme en uno nuevo. Cada etapa tiene sus técnicas y éstas se construyen solas, producto de la experimentación y el riesgo. Hace unos años comencé a trabajar con la mano izquierda o con ambas manos a la vez con la intención de provocar lo inesperado”.
Más allá de no ver un trabajo donde se denote a primera vista la figuración, no podemos afirmar una pintura sumamente abstracta, Lirman tiene una gran calidad de organización desde del color la línea y las formas. Su talento creativo lo hace único “No me haría un tatuaje que diga pintor abstracto, mañana mismo puedo dejar de creer en eso. A veces tengo ganas de cantar y tocar. Como artista ejerzo mi trabajo en soledad y esto invita a la reflexión permanente.


Cada espectador posee diferentes reacciones frente a una obra. Cuando te enfrentás a una pintura de Adrian Lirman, sentís la necesidad de nadar horas sin importar ahogarte, sentís la necesidad de descubrir cada espacio que se vuelve único y te eleva.


“La pintura es mi gran amor. El dibujo me encanta. La escultura me espera. El muralismo no sabe quién soy” concluye.