“Creo para mí y mis fantasmas, y así puedo alejarme de mis propios infiernos”


Por Marcos Brugiati


” Un oficio del ojo las manos y el alma”, “es el dolor y el placer”, es del arte quien nos habla Jorge Gionco. Vive en Banfield. Es Pintor, escultor y dibujante. Estudió en su niñez con Bertoneli en la escuela de dibujo y pintura, donde entendió el valor por lo bello y lo estético de todas las artes.

Después de estudiar largos años de escultura con Enrique Azcarate y más tarde con Raquel Goya, se recibió como docente en la academia de Bellas Artes en Lomas de Zamora.
Se define como un expresionista escultórico geométrico, un figurativo abstracto. Compone esculturas -algunas móviles- de todo tamaño en madera, piedra o cerámica. En ellas se ven cuerpos geométricos aunque algo abstractos, insinúan ser y no ser. En pintura utiliza la saturación contenida con sutiles tonos, colores complementarios y análogos. Las medidas también varían, como los temas -realiza desde retratos, hasta mensajes que involucran a toda la sociedad-. Se nota en sus obras un gran trabajo de composición.
Motosierras, amoladoras, acrílicos y óleos son algunos de los herramientas que utiliza para llevar a cabo el proceso. “Cuando me inspiro me pongo a dibujar a ver que sale. Me sensibiliza lo social, mi vida barrial, pero con mucha plástica”. Utiliza el método serial para progresar y superarse. Durante su carrera realizó murales de grandes tamaños. En ellos se notaba la cantidad de materiales, meses de trabajo, y un solo fin, hacerlo social para que el espectador esté todos los días expuesto a leerlo, sin pagar entrada o hacer cola. El mural está ahí, y es el más valido para denunciar o esclarecer la mente del espectador.
Realizó una serie de obras de Rafael, en donde explica la visión de Buenos Aires en el 2002.
Trabaja en la Secretaría de cultura de L. de Zamora como artista integral urbano, realiza monumentos, murales y encargos -uno de ellos para la iglesia de San Cayetano, en Témperley-. Es el curador de Gallery Nights en Lomitas y Banfield. También es docente en “El Galpón” (Vergara 1375, Banfield), espacio de arte fundado por Jorge y Alejandro López Deber. Allí se realizan cursos de pintura, escultura, dibujo, teatro y literatura. El espacio funciona también como galería de arte, verán obras expuestas por docentes, alumnos y artistas invitados. En El Galpón no hay límites de edad y está abierto de lunes a sábados de 9 a 20 hs con entrada libre.
Jorge está exponiendo parte de sus obras en la galería Arteim -en el Norcenter de Olivos-aunque en su propio espacio El Galpón encontrarán muchas de ellas, y en algunos lugares públicos.
“Es una enfermedad, me duelen las manos si no lo hago, me inquieto, no veo la vida sin mi labor”, explica cuando habla de su profesión. “Las barreras que tuve que sobrepasar fueron las de artista argentino irrespetado, no valorado, sin poder resolver la economía. Todavía no puedo solventar a mi familia con el arte, pero estoy en camino, cada vez está mejor la cosa, pero muy costoso es la continuidad de las ventas. El arte está a la deriva. No me fijo en los demás, trato de no traicionarme aunque no venda”.
“Amo a Modigliani, Picasso, Berni, Quinquela, Zadkine, entre otros”.
Aunque muchos creen que es así, no hace falta vestirse de una manera apropiada para ser artista, “si tenés que vestirte y chamuyar para que los demás te consideren artista, estás descolocado, pero muchos creen que es así y lo respeto” explica. Por otro lado piensa que el arte no está de moda, sino que las galerías lo impulsan de esa manera, explotan al artista, por un solo motivo: los fines de lucro. Su única droga es la obsesión, no cree fundamento apropiado consumir drogas para crear, aunque respeta a los que sí lo hacen. “La escultura es muy física, es difícil laburar con motosierras y amoladoras drogado o alcoholizado, sería una masacre”.
Es complicado cuando se habla de la ejecución de una escultura, un mural o alguna obra pictórica, quizás trabajada por días, meses o años. “Para mí cuando la obra está terminada es como ver al hijo nacido, la real expresión física y dimensional. Verla es lo que más me gusta, aunque sea la peor que hice”

Jorge Gionco deja en cada obra una emoción plasmada, pinta retratos, niños y piqueteros. Crea grandes obras para alejarse un rato del infierno social, político y económico en que vivimos. “Creo para mí y mis fantasmas, y así puedo alejarme de mis propios infiernos” concluye.